FERRITINA ALTA, SÍNTOMAS Y CÓMO COMBATIRLA


Por si no lo sabes, la ferritina es una proteína que se encuentra en el torrente sanguíneo, y cuya función es la de almacenar el hierro y liberarlo cuando el cuerpo lo requiera.

Al igual que cualquier otra sustancia o proteína en nuestro cuerpo, mantener unos valores óptimos de ferritina resulta fundamental para evitar poner en riesgo nuestra salud, pues una cantidad de ferritina alta podría indicar la presencia de trastornos o enfermedades en el hígado y en los huesos, entre otras complicaciones.

En esta ocasión, queremos hablarte acerca de los síntomas de la ferritina alta y qué podemos hacer para bajar tales niveles, de manera que puedas identificar el aumento excesivo de esta proteína y combatirlo antes de que se torne aún más delicado.

¿Cuáles son los síntomas de la ferritina alta?

Un nivel de ferritina alto es aquel que supera los 300 nanogramos por mililitro de sangre, en el caso de los hombres, los 200 nanogramos por mililitro de sangre, en el caso de las mujeres, o los 600 nanogramos por mililitro de sangre, en el caso de los recién nacidos.

Por lo general, valores muy altos de esta proteína se relacionan con patologías o enfermedades subyacentes, como lo son la osteoporosis, la artritis, la cirrosis hepática y algunos problemas del corazón, de manera que pueden presentarse diversos síntomas según la condición del paciente.

Sin embargo, existen algunos síntomas bastante comunes que suelen aparecer en los pacientes con ferritina alta, y estos son:

  • Fatiga
  • Agotamiento excesivo.
  • Dolor en las articulaciones por deposición de hierro.
  • Oscurecimiento de la piel.
  • Dolores abdominales.

¿Cómo combatir la ferritina alta?

Para reestablecer los niveles de ferritina, se recomienda evitar el consumo de alimentos altos en hierro, como las verduras de hoja verde, el pan integral, la harina de avena, los granos, los frutos secos, las patatas, etc. Asimismo, se aconseja evitar los suplementos con hierro y vitamina C, así como los productos con levadura añadida.

Por otra parte, se deben hacer a un lado los hábitos perjudiciales como el cigarrillo y el alcohol, y reducir la ingesta de alimentos que pueden ocasionar infecciones, como es el caso de los mariscos y las carnes rojas.